Ahora en verano, con la llegada del buen tiempo, nos descalzamos los pies (ya sea por el calor o por estar en la playa o en la piscina) durante muchas horas del día. Esto supone dejar nuestros pies al descubierto y es cuando más nos damos cuenta de la huella de nuestros pies, ya sea cuando salimos de la piscina o al caminar por la playa dejando tras de si, huellas de nuestros pies que nos puede aportar mucha información sobre el tipo de huella que tenemos, de nuestra pisada al caminar y por supuesto de la salud de nuestros pies. Po ello, en verano es una fecha ideal para valorar la pisada o el tipo de huella de nuestro pie por un especialista, el podólogo es uno de los especialistas sanitarios realizar con detalle un estudio de la pisada y valorar si existen o no alteraciones en la marcha que haya que tratar.
La funcionalidad del pie humano está claramente influenciada por su estructura, sobre todo por su arco interno ya que gracias a la forma de la bóveda y sus puntos de apoyo en talón y metatarsianos, es capaz de soportar todo el peso de nuestro cuerpo sin hundirse. Además, la altura del arco longitudinal interno tiene influencia sobre otras estructuras del cuerpo, como la rodilla cadera y espalda.
El pie es la base de sustentación de nuestro cuerpo y es la única parte de nuestro cuerpo que está en contacto con el suelo soportando las fuerzas reactivas del suelo, así como el peso de nuestro cuerpo sin permitir que el arco del pie se hunda y por ello, constituye una pieza fundamental para la posición bipodal y la marcha humana.
Dentro del estudio de la pisada que realiza el podólogo, una de las cosas que valorarnos en la huella plantar. Antes de entrar en detalle de cuáles son las formas más conocidas de saber que tipo de huella del pie tenemos, debemos tener de saber que la huella del pie no se considera un diagnóstico, es solo una prueba dentro del estudio de la pisada que nos aporta más información. Por lo que recomendamos tener cuidado a la hora d e interpretar esta información. Un ejemplo: es pensar que una huella plana es diagnóstico de pie plano y esto es un error. Puede que la huella tenga relación con el pie plano en algunos pacientes, pero no siempre es así. Y pasa lo mismo con los pies cavos y las huellas cavas.
Incluso en niños pequeños entre los dos y los tres años, donde la huella que presentan estos niños, por general, es una huella plana, pero debemos saber que los niños tienes una huella plana, incluso un pie plano fisiológico. ¿Que quiere decir eso? Pues que normal que durante esas etapas de la vida (hasta los tres/cuatro años) el arco del pie todavía no se ha desarrollado. Por lo que, si vemos a nuestros niños con una huella plana y el pie muy hundido a estas edades, no debemos preocuparnos. Aunque para una mayor tranquilidad de los padres, una primera visita a tu podólogo para un estudio de la pisada en profundidad y valorar si es fisiológico o si hay alguna alteración más que pueda influir en su desarrollo.
Existen muchas formas de valorar la huella del pie por parte de tu podólogo, pero a continuación, vamos a explicar las más comunes o las usadas en consulta.
Podoscopio: permite observar la planta del pie resaltando los puntos con mayor presión. El paciente se coloca sobre la plataforma de metacrilato trasparente provista de una fuente de luz interna y muestra variaciones de intensidad de color en la planta del pie que corresponden a cargas mayores o menores.
Pedigrafía: Este análisis nos permite conocer si la pisada es correcta. Técnica que consiste en tomar la huella plantar mediante el apoyo del pie sobre un aparato llamado pedígrafo para determinar que tipo de huella tenemos. Consiste en hacer caminar al paciente, hacer pisar sobre papel y tinta el pie mientras camina. Veremos el tipo de huella del pie (recordar quela huella no es diagnóstico de nada, solo nos da información) y también aporta información sobre los puntos de máxima presión. Al pisar sobre el folio y la tinta, en aquellas zonas donde haya más concentración de tinta, lo podemos interpretar como una zona de presión.
Baropodometría: a través de sensores de presión de una plataforma que se conectan a un ordenador nos aporta información de la cantidad de carga que soporta el pie. No solo nos permite conocer el tipo de huella de nuestros pies, sino nos mucha información sobre la estática, la dinámica (marcha), puntos de máxima presión y la posición del centro de presiones de nuestro pie, así como el centro de gravedad de nuestro cuerpo.